La tecnología, un sector muy masculino

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Nuria Oliver (Alicante, 1970) es citada por sus artículos tantas veces como buscas sumaba Google hace una década: más de 10.000. Y no sorprende si descubrimos que con solo 24 años consiguió el primer Premio Nacional español de Ingenieros en Telecomunicaciones, al que han seguido otros galardones, el premio TR100 (hoy en día el TR35) de la MIT Technology Review o el Distinguished Scientist por el Association for Computing Machinery de los Estados Unidos. Oliver también cuenta con experiencia laboral a Microsoft y, fines hace dos semanas, a Telefónica, donde era su directora científica.

Ahora ha optado para desarrollar su trabajo de investigadora en el área del Big Data For Social Good sin olvidar que las chicas también se miren con ilusión los algoritmos y números. Directiva y científica a partes iguales, esta entrevista se enmarca en el Women 360º Congress, que ha aportado su mirada tecnológica en los problemas de las mujeres del siglo XXI.

Una entrevista reveladora

Lo entrevistamos en un congreso sobre mujeres, salud y bienestar. ¿Cuál es aquí el papel de una ingeniera de telecomunicaciones?

Tengo dos o tres funciones profesionales diferentes. Por un lado, soy científica, publico en congresos, tengo una dimensión muy técnica de mi trabajo, y al mismo tiempo, como vine a España para crear y liderar un grupo de investigación en calidad de directora científica, tengo un perfil también de directivo. Obviamente, hay mujeres directivas en muchos ámbitos pero en el contexto tecnológico en posiciones técnicas, hay muy pocas, no sólo en España, sino en todo Occidente. Me parece muy interesante estar presente porque hay muy pocas directivas en tecnología, en posiciones de dirección de empresas tecnológicas, que tengan un background técnico, que hayan estudiado ingeniería o informática.

En cambio a usted se la presenta como uno de los ingenieros investigadores en informática más citado de España. ¿Llama la atención porque es tecnóloga o porque es mujer?

No sé, nunca he tenido una conciencia de género de mi condición de minoría, a pesar de que siempre lo he sido. Hasta que no me quedé embarazada de mi primer hijo, nunca entendí por qué tenemos que estar hablando de mujeres y hombres si al final somos todos personas. Pero después, obviamente, te das cuenta que hay diferencias biológicas insalvables, al menos de momento, que hacen que nuestra experiencia vital sea diferente. Y también es verdad que hay estudios que demuestran que sí que hay diferencias porque hay diferentes hormonas que fomentan ciertos comportamientos o capacidades. Pero desde un punto de vista técnico e independientemente del género, es cierto que he sido la primera persona española a tener un doctorado del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y que soy la primera persona española a la cual le han dado allá el premio al Innovador Joven… Hay muchas cosas en las cuales he sido la primera, pero al haber una inmensa minoría de mujeres trabajando en este campo, ahora se está intentado dar más visibilidad al género porque los porcentajes de chicas que eligen carreras técnicas están disminuyendo y uno de los motivos puede ser el hecho que no se haya dado visibilidad a chicas que han elegido como opción profesional estas carreras. Las adolescentes, cuando tienen que pensar qué quieren ser de grandes, no tienen en su mente ningún ejemplo de chica y entonces asocian estas carreras a los chicos, que es el que se ha estereotipado a través de las películas y de los medios de comunicación. Cualquier ejemplo visual que se da, en películas o series de un programador, siempre es un chico. Los informáticos más famosos, Bill Gates, Steve Jobs, Marck Zuckerberg son chicos, americanos, perfiles muy distantes de la realidad de una niña que esté viviendo en cualquier ciudad de España.

¿Faltan referentes porque no hay en femenino o porque no hemos sido capaz de buscarlos?

Haberlos, hay. Ahora el esfuerzo es intentar darlos visibilidad. Precisamente martes 11 de octubre fue el día de Ada Lovelace, la primera programadora al mundo. Ahora también se ha explicado que han habido muchas programadoras que contribuyeron a conseguir que el hombre llegara a la Luna; que ha habido muchísimas programadoras que han permitido que la informática en si progresara. El que pasa es que a veces han vivido en la sombra o no han recibido el crédito que deberían de y ahora se está intentando hacer un poco de justicia histórica con todos estos perfiles. Actualmente, se está intentando dar visibilidad a las diferentes investigadoras de los ámbitos de la tecnología y creo que es muy importante desbancar estos estereotipos y dar referentes a los niños y niñas porque cuando elijan, tengan un abanico de opciones más grande que el que saben ahora, que sólo saben qué hace un médico o un maestro, las profesiones con las cuales interaccionan.